La diptongación, pronunciación de dos vocales
distintas y contiguas en una sola silaba, distingue al español de otras lenguas
romances, sus primas. Mientras que en español se dice puente, en francés se
dice pont, en italiano ponte y en portugués ponte; mientras que en español se
dice puerta, en francés se dice porte, y en italiano y portugués porta; y
mientras que en español se dice grueso, en francés se dice gros, y en italiano
y portugués grosso.
En este sentido hay verbos que figuran como
irregulares en la gramática española tradicional, como sentar, sentir, oler,
rodar, forzar, torcer, mover, poblar, doler, soldar, tender, asolar, costar, mentir,
pensar, contar, tentar, renovar, etc.
Estos son verbos que simplemente experimentan diptongación,
característica del español, en el caso de ciertas personas y ciertos tiempos. Realmente
no son irregulares, pero para fines prácticos, es como si lo fueran.
Se prestan así al error de conjugarlos sin la debida diptongación,
decir, por ejemplo, “forzo” o “forzan” o “no forces”, en lugar de “fuerzo”, “fuerzan”
y “no fuerces”, o “soldo”, en vez de “sueldo”. Es de hecho un error que se da
bastante.
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