En enseñanza y aprendizaje de lenguas hay algo claro: una cosa es
aprender una lengua que la sociedad habla y otra es aprender en un contexto
donde no se habla esa lengua. La única exposición que tiene el aprendiz es
entonces la clase. Cuanto más expuesto se está al idioma que quiere aprenderse
(digamos ingles), mejores serán los resultados que se lograrán.
Hay que buscar el mayor número de oportunidades para estar expuesto al
idioma que estas aprendiendo y eso hoy por suerte más fácil que nunca.
Los paquetes actuales de televisión por cable traen generalmente canales
de lengua inglesa. La consigna es entonces “sintonízalos” si dispones de ellos.
Si tienes que hacer alguna tarea en casa, deja la televisión encendida
de fondo. Aunque no te des cuenta, tu cerebro está absorbiendo el idioma.
Por otro lado, las películas son una gran fuente de práctica y
conocimiento y tenemos hoy una oferta
inmensa en ese sentido fuera del cine tradicional: cable, DVDs, Internet,
Youtube, Netflix, etc. Es muy fácil ver una película las veces que uno quiera
con subtítulos para comprobar el significado.
En cuanto a ponerte a ver películas o cartones animados o programas o
emisiones de noticias o videos de uno y otro tipo sin subtítulos, ten en cuenta
que deben ser de un nivel que puedas manejar. Si no entiendes nada, es muy
frustratorio.
Otras opciones recomendables son escuchar música en ingles, audiolibros
o podcasts. Puedes hacerlo en tu tiempo libre,
mientras limpias en casa o de camino al trabajo. Incluso si no entiendes
todo, estarás expuesto al ingles y poco a poco irá desarrollándose tu capacidad
de comprensión.
La idea es, en fin, que el contexto para aprender una lengua extranjera
debe ser lo más parecido posible a la vida real. Hay que estar expuesto lo más
posible a la lengua que quiere aprenderse.
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